La Universitat de Barcelona (UB) acabó el año envuelta en polémica. El claustro decidió pedir al Govern la destitución del presidente de su consejo social, Joaquim Coello, una operación insólita que propusieron los estudiantes. Su rector, Dídac Ramírez, habla tras las declaraciones de Coello a este diario para defender la actuación de la UB y zanjar la controversia. Por delante tiene otros asuntos que le preocupan: la difícil situación económica de las universidades, el espacio europeo de educación superior (EEES) y la presión de ciertos grupos para decidir quién controla la universidad.
Entrevista al rector:
- ¿Ya ha enviado a la Generalitat la resolución para que destituyan al presidente del consejo social?
- Todavía no.
- ¿Lo piensa hacer?
- Sí, tal y como está recogido en el acta del secretario general de la UB.
- ¿Y qué le gustaría que hiciera el Govern?
- Soy respetuoso con las competencias del Govern y no quiero presionar sobre este particular.
- Nunca antes una universidad había pedido algo así, ¿cómo ha llegado la UB a este extremo?
- Es una situación insólita y no se llega a ella porque sí. Se ha puesto de manifiesto un problema que existe sobre la relación entre los diferentes órganos de las universidades.
- ¿A qué se refiere?
- A que por un lado el rector es la máxima autoridad pero por otro lado hay otra instancia, que es el Consejo Social, que puede vetar o bloquear decisiones que se toman en otros órganos de gobierno de la universidad. Cada uno actúa en función de su legitimidad y en ocasiones se producen conflictos.